La Eco Doppler

Si bien mientras conducia iba tarareando el tema que estaba sonando en la radio en cuanto crucé la calle Colonia, a consecuencia de ir comprobando las numeraciones de las puertas en mi cabeza se disparó en forma totalmente involuntaria una tonada: “Yi 1436, Yi 1436, Yi 1436, Yi 1436” ...
En el transcurso de unos pocos segundos esta monótona reminiscencia fue incrementando su volumen hasta opacar los acordes instrumentales que emitia la 92.5fm y no despareció hasta que encontré la ubicación de la clínica a la cual debía llegar antes de las 1430hrs
El simple avistamiento de la clínica radiológica reseteó mi cerebro y me permitió salir del estado alterado en el cual la maldita tonada parecía no tener fin
Desde un principio estaba resignado a no encontrar un lugar cercano donde estacionar, y tal cual lo vaticinaba tuve que dejar el auto a varias cuadras de mi destino. En esta oportunidad empeoraba la situación una fastidiosa garua que probablemente se detuvo cuando yo ingresé a la clínica
Al ingresar me encontré con un un majestuoso patio antiguo donde estaban ubicadas la recepción y algunas sillas. Tras unos interminables tecleos en el pc, y comparaciones de mi rostro vs. mi cédula de identidad finalmente la funcionaria se convenció que realmente yo tenía una hora agendada y me envió a tomar asiento en el “siguiente patio” donde me llamarían por mi nombre
El siguiente patio no era más que un humilde corredor con varias puertas a ambos lados. No entendi porque ella lo tildaba de patio, quizás tuviera un problema de conceptos y pensara que donde tenia instalada su recepción era un corredor (sea como fuere no era mi tarea desasnarla y allí deje el tema)
Frente a mi asiento, en la pared opuesta, un aviso advertia palabra más, palabra menos lo siguiente: “Si Ud. tiene tos o expectoraciones debe usar un Tapabocas para permanecer en el consultario. No se ofenda si se le exige el uso de dicho accesorio. Es por su salud y la de todos”
Frente a tal severa amenza mi cerebro de primate no pudo evitar cuestionarse cual sería la represalia que tomarían si uno soltaba una flatulencia (probablemente exigirían el uso de un corcho)
En tan profundos pensamientos me econtraba cuando una voz pronunció mi nombre, acto reflejo me paré y salí detras de la persona siguiéndola hacia un consultorio.
Ya dentro del consultario la asistente preguntó si tenía algo debajo de la camisa, y para cuando yo ya estaba por responderle “el cuerpo!”, ella prosiguió explicando que si no me quitaba la camisa me la iba a empapar y me iba a ir con ella totalmente mojada.
Me la puedo abrir? Serviría? Pregunté tímidamente y con temor de que su intencion fuera tan solo deleitarse admirando mis anchos hombros, mis pectorales marcados y mi six pack perfectamente delineado por las incontables horas de crossfit
“Doblese el cuello de la camisa para dentro o se va a ir empapado. Acuéstese boca arriba en la camilla” Estas 2 frases fueron sus últimas palabras antes de irse del consultorio
Allì estaba yo recostado en la camillla admirando alguna que otra mancha de humedad en el cielo raso, en espera de que la doctora entrara de imprevisto y me arrojase un baldazo de agua, me tirase una bombita o al menos me rociara desde lejos con un pomo todo al mejor estilo Carnaval de La Paloma (de lo contrario tanta advertencia por salir con la camisa empapada no se justificaba)
La doctora entró impetuosamente al consultorio mientras yo divagaba analizando las molduras del techo. Debido a mi posición no contaba con un buen ángulo para observar la puerta pero me dió la impresión que llegó con el transductor en la mano
Me soltó a bocajarro: “Es la primera vez que se hace una ecografía?”, pregunta a la que respondí afirmativamente. Acto seguido y sin más preambulos apoyó el transductor en la base de mi cuello. Comencé a sospechar que su pregunta más que contener un interés real sobre mi respuesta era una táctica de distracción. Que diferencia podía tener si yo perdería mi virginidad en esta Eco Doppler o si ya me venia hacíendo una ecografía cada 15 dias? El verdadero motivo oculto para la distracción tenía que ser algo más perverso ....
No había logrado discernir el porqué del embuste y la doctora seguia en lo suyo, presionando en distintos lugares del cuello con la sonda ecográfica. En ese momento noté que en este consultorio al aparato no le había colocado ningún gel (pasó directo a la acción) y sin embargo el transductor se deslizaba sobre mi cuello como una seda.
Todo esto me llevó a deducir que ya lo traía lubricado y si venia desde otra sala cabía la posibilidad de que ese mismo transductor lo hubiera usado inmediatamente antes sobre otra persona y en otra área corporal. Este pensamiento me hizo mover el cóagulo y en ese fatídico momento recordé que un amigo un mes atrás se había hecho una ecografía en sus testículos ...
El pensar en la posibilidad de que ese mismo aparato hubiera estado recorriendo las bolas de un fulano en la otra sala, y acto seguido estuviera recorriendo mi garganta disparó un “puajjjjj” mental y provocó instintivamente que tuviera que tragar saliva (como para ayudar a digerir la idea).
Como toda acción tiene una reacción el proceso de tragar provocó que la doctora me espetara un seco “No trague”, y continuando la reacción en cadena eso provocó que yo me quedara más quieto que agua de pozo (principamente por temor a un posible coscorrón de la doctora)
Un par de minutos después me ordenó: “Salga, tome asiento y espere el resultado”.
Yo había estudiado bastante esta vez pero no me tenía tanta fe. Realmente no tenía idea que nota podria sacar por lo cual tomé asiento tal cual me lo ordenaron y me encomendé a todas las deidades que conozco (realmente no quería reprobar otro examen)
Esta vez mi ubicación en el corredor (“no patio”) era distinta a la inicial.
En la pared opuesta a donde estaba sentado había un aviso, impreso con la fuente más pequeña posible que se les pueda ocurrir (casi tan chica como la que detalla los componentes quimicos en el frasco de shampoo), y además en un papel prácticamente con un tono muy similar al color de la fuente utilizada. Era evidente que la intención era que el mismo fuera prácticamente ilegilble
Lleno de curiosidad me acerqué a leer y el mismo anunciaba que la clínica ofrecia estacionamiento gratuito en un parking privado a 10 metros de la clinica. El único requisito necesario para hacer uso del mismo era sellar el comprobante al momento de ingreso a la clínica y también a la salida .... y por supuesto: saber de antemano que la clinica te daba dicho beneficio para no parar a 3 cuadras!!!
Cabe aclarar que cuando me llamaron 24hrs antes para reconfirmar mi asistencia no tuvieron la amabilidad de avisar que la clínica ofrece dicho servicio de cortesía (sin lugar a dudas nadie que va por primera vez ha usado dicho servicio, por lo cual se han ahorrado muchisimo dinero)
Luego de 10 minutos de interminable espera me dieron el resultado en un sobre cerrado y además engrampado lo que me hizo sentir que debo ser tan energúmeno que no podría jamás ser digno de leer los mismos. No es necesario aclarar que en un acto total de rebeldía abrí el sobre (por supuesto que no en la clínica, sino en casa). El resultado: estoy de 8 semanas!!

Walter Vitureira
Primate irradiado






1 comentario:

  1. Di por casualidad con tu texto y realmente está genial, muy disfrutable.

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