Somnolencia, ensueño, duende, dentadura y equino

Somnolencia, ensueño, duende, dentadura y equino

Sin querer hacer una referencia directa al popular tema de Alejandro Sanz, No es lo mismo un I have a dream” de Abba, que un I have a Dream (Yo tengo un sueño)” de Martin Luther King, que un Yo tengo un sueño ..” expresado por mí.
Si bien inicialmente pueden parecer la misma frase, cada uno de ellas hace referencia a temas totalmente distintos ...
Dicho por mí Yo tengo un sueño”, en cualquier contexto, no entraña nada profundo y significa ni más ni menos que me ando durmiendo por los rincones.
Si bien no enuncia nada profundo, lo irónico del caso es que mi sueño es siempre muy profundo (supongo que me salteo etapas y me quedo en las fases 3 y 4 con las ondas delta).
Sin lugar a dudas el dormir es tema en el que soy experimentado como pocos, y sobre el dormir opino lo mismo que sobre el sexo, cuanto más mejor .....
Sobre esto, humildemente, sustento algún que otro récord (para que no piensen que soy un fanfarrón aclaro que lo del récord es sobre el dormir y no sobre el sexo).
Como para muestra hace falta solo un botón, les cuento que me dormí en un ómnibus de Copsa, parado agarrado del pasamanos, viajando hacia Atlántida (no dormité, si no que me dormí parado y casi todo el recorrido).
También les cuento, por si no fuera suficiente solo con el ejemplo anterior, que también me he dormido en un avión antes de que el mismo llegue a despegar (ya knock-out estando apenas en la cabecera de la pista)
Si me invitaran al programa de Susana, con seguridad me podría llegar a dormir antes de que me presentaran a Tony Kamo.
Ahora interrumpo la escritura y me tomo unos minutos para echarme una siestita ....
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Ya repuesto y más lúcido luego de un reparador descanso, paso a continuar con mi ensayo. Como me desperté de buen humor, antes de seguir aprovecho para contarles un chiste:
Un hombre se muda solo, luego de muchos años de vivir en la casa de su madre.
En la primera noche en su nueva casa se despierta de una pesadilla dándose cuenta que se había orinado en la cama.
Esta situación se repite durante 3 noches seguidas y decide ir a ver a un médico.
El médico como no le encuentra problemas fisiológicos, lo deriva con un psicólogo.
El psicólogo le pide que le cuente la pesadilla que lo lleva a despertarse orinado.
El hombre comienza su relato:
Voy caminando tranquilo por un sendero. Poco a poco la vegetación se hace más espesa. De atrás de un arbusto aparece un duende y me pregunta: - Hiciste pichi?
Allí asustado me despierto y me doy cuenta que me oriné en la camaEl psicólogo le explica que se debe a las emociones de su reciente emancipación, y que es suficiente con que se mentalice antes de dormir que eso no le volverá a suceder.
Al día siguiente el psicólogo recibe nuevamente al paciente porque todo volvió a ocurrir ..
El hombre le cuenta que por más que lo intentó todo sucedió de forma idéntica ....
Esta vez el psicólogo le aclara que es probable que estos sueños se deban al stress por su cambio de vida, más a alguna situación no resuelta que lo está perturbando.
Le recomienda además de todo lo anterior, concentrarse en que él podrá controlar el desarrollo del sueño. Le dice que si sueña con que camina por el sendero, podrá decidir dar la vuelta y dirigirse por el sendero hacia un área poblada eludiendo así al duende.
Otra vez el psicólogo recibe al paciente al día siguiente y éste le cuenta:
- Cuando me dormí y comencé a caminar por el sendero ... con firme decisión giré 180 grados, y cambié la dirección de mis pasos. Pero en ambas direcciones la vegetación se hizo más espesa. De atrás de un arbusto apareció el duende y me preguntó: - Hiciste pichi?
Al ver al hombre derrotado el psicólogo lo reprende diciéndole que él es un adulto, que debe tomar las riendas de su destino y enfrentar valientemente todas las situaciones.
Le sugiere que junte coraje, y que si vuelve a soñar lo mismo que directamente lo enfrente al duende, que no le quepa duda que él es mucho más hombre que ese duende del bosque.
Un poco más animado y juntando coraje, el paciente se va de la clínica.
Vuelve al día siguiente, más deprimido que en las consultas anteriores y cuenta:
Pasé el resto del día juntando coraje. Incluso fui al gimnasio y estuve más de una hora en los aparatos ejercitando mis músculos. Al acostarme estaba mentalizado. Era una fiera ..
Me dormí y comencé a caminar por el sendero y la vegetación se hizo más espesa.
En vez de tratar de huir, iba buscándolo al duende detrás de cada arbusto.
Apareció casi al final del sendero, como siempre saltando desde atrás de un arbusto... y me miró y me preguntó: 
- Hiciste pichi?
Yo saqué pecho, lo miré directo a los ojos y le dije fuerte, con firmeza: - Sí
Él solo respondió: 
- Y caca?

Dejando los chistes sobre sueños de lado, es de conocimiento general que los científicos en los últimos años han debatido sobre si los animales sueñan o no.
Incluso en el Instituto Tecnológico de Massachussets han experimentado monitoreando la actividad cerebral de ratas durante su descanso para determinar si tienen sueños.
Si me hubieran consultado a mí se habrían ahorrado millones porque les habría confirmado que al menos los primates sí sueñan ...y qué disparates que sueñan!.
Creo que mis sueños dejarían desnorteados a Freud, Jung, e incluso al mismísimo José (personaje bíblico que fue capaz de interpretar los sueños del Faraón).
No les recomiendo el tratar de interpretar los sueños del primate, simplemente léanlos ...
Antes de pasar a desnudar mi alma y de dejar por escrito la irrefutable prueba de mi desequilibrio mental, solicito a modo de “última voluntad” que si luego de la lectura los especialistas consideran necesaria la aplicación de un chaleco de fuerza para con mi persona, que sea utilizada a dichos fines mi chaqueta de taekwondo (usada al revés).
Entenderán que la situación económica no está como para entrar en nuevos gastos, y hay que aprovechar lo que ya se tiene (les aseguro que no soy ningún Houdini y no podría zafar de tan simple atadura). Además de todo considero que nunca fui un loco peligroso ...
Creo que todos hemos tenido en alguna etapa de nuestra vida sueños recurrentes.
Esos sueños que no solo recordamos vívidamente al despertarnos, si no que los volvemos a soñar al poco tiempo y aun los recordamos claramente mucho años después.
Es el caso de estos 2 sueños que tuve durante mi infancia, y que al día de hoy aún recuerdo perfectamente;

Relato onírico número 1
Se desarrolla en un lugar: no reconocible y bastante oscuro (lo de la oscuridad no me molesta en lo absoluto en dicho sueño)
Me veo (en tercera persona) columpiándome placenteramente en una hamaca.
De pronto veo a 2 personas a cierta distancia. No se les ve el rostro y están vestidas con trincheras (onda Inspector Clouseau).
Se ponen en cuclillas y giran una canilla o llave de paso que está muy cerca del césped. Dicha acción provoca que la hamaca comience a columpiarse cada vez más rápido, con más fuerza y velocidad (esto ya lo veo en primera persona, a través de mis ojos).
Siento miedo y me despierto (resultó cobarde el primate)

Relato onírico número 2
Inicia en lo alto de un edificio (aunque que no veo detalladamente el lugar sé que es un edificio), y enseguida comienzo a caer del lugar (sin motivo aparente).
Durante los interminables segundos que dura mi caída pienso que me voy a reventar ...
Finalmente caigo de pie. Me asombro porque sobreviví a la caída.
El impacto contra el suelo solo tuvo como consecuencias un fuerte dolor en mis pies, dolor que sube por las piernas hasta llegar a mis rodillas.
Me despierto inmediatamente con fuerte dolor en las piernas ....
De las elaboraciones oníricas de la infancia pasaré directamente a los disparates oníricos actuales, salteándome la etapa de sueños húmedos de la adolescencia presuponiendo que a nadie le interesará leer sobre los mismos.
Muchos y variados son los disparates que he soñado en mi vida adulta (los que recuerdo), pero en esta oportunidad y para vuestro regocijo solo voy a relatar uno.
Se trata de un sueño que tuvo cierta influencia real externa.
Un sueño de esos en el cual uno toma conciencia de que esta soñando, se despierta recordando todo e incluso tratando de interpretarlo.
Este sueño sucedió en verano, época en la que mantenemos las puertas/ventanas de nuestro dormitorio hacia el patio abiertas y solo quedan bajas las cortinas enrollables.
También como dato adicional, aclaro que el dormitorio se encuentra hacia “el fondo” del apartamento, y no tiene ninguna proximidad con la calle.

Relato onírico número 3
No sé como se inicio el sueño, pero desde el momento en que yo recuerdo, me estaba mirando en un espejo y veía que en mi boca no tenia dientes ...
Con asombro me veía abriendo ampliamente la boca para comprobar que no tenía ningún diente. La situación me causaba cierta desazón y empecé a tomar conciencia o despertarme.
En ese mismo momento escuché claramente los cascos de un caballo contra el suelo, como si el mismo estuviera casi al trote en el patio de mi apartamento (del dormitorio hay una salida a dicho patio a través de 2 amplias puertas ventanas).
El repicar de los cascos se prolongó por unos cuantos segundos ...
Yo apenas pude abrir los ojos como para ver que la luz se filtraba a través de las rendijas de las cortinas enrollables.
Nuevamente con los ojos cerrados rememorando el sueño pensé: dientes, dientes, dientes ...
y sintiendo los cascos alejarse pensé: caballo, caballo, caballo ...
- ¿Qué quiere decir todo esto? me pregunté en un estado de semi-conciencia (no sé si estaba más dormido que despierto, pero igual trataba de interpretar mi reciente sueño)
- Ya sé!! (sentí en mi cerebro de primate): - A caballo regalado no se le miran los dientes!!
Segundos después de tan inspirada conclusión ya estaba durmiendo nuevamente ....
Cuando me despertó Claudia para ir a trabajar, le comenté sobre mi sueño y sobre el ruido de cascos que estaba convencido de haber escuchado, ruido que parecía provenir del patio.
Con era lógico esperar, estalló en carcajadas.
Lo disparatado de mi razonamiento/interpretación del sueño lo ameritaba, y a eso se sumaba lo porfiado que yo estaba sobre el ruido del caballo.
Pensándolo con frialdad, a menos que el caballo fuera Pegaso, el mismo no tenía chance alguna de trotar en nuestro patio.
Los ruidos de cascos no podían venir desde las ventanas que dan a la calle de nuestro apartamento, ya que de ellas nos separa el living-comedor y luego un largo pasillo de unos 6 metros, además entre uno y otro hay una puerta que permanece cerrada durante la noche y que sirve como aislamiento acústico.
Conclusión final: el primate estaba loco porque no había ruido posible de cascos de caballo.
Aceptando con naturalidad mi locura emprendí el día laboral como lo hago habitualmente.
A la madrugada siguiente semi-despierto o semi-dormido (aún no lo sé), escuché repicar una vez más los cascos de caballo. La luz se filtraba a través de las cortinas enrollables.
Eran aproximadamente las 6 de la mañana, y sin dudarlo sacudí a Claudia despertándola de su sueño: - ¿Los escuchás? Son los cascos del caballo!!! Y el ruido viene del patio ...
Casi me mata por despertarla!, pero al menos recuperé un gramo de cordura ...
Increíblemente los cascos eran de un caballo, que probablemente tirando de algún carro pasaba por la calle perpendicular a la nuestra ...
Nuestro patio esta separado de esa otra calle por otro patio adyacente al nuestro, y por todo el edificio al que pertenece dicho patio. Sin embargo el ruido del caballo se oía claramente.
Eppur si muove

Walter Vitureira
Primate durmiente

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