Desvarios
de un primate sobre los juegos infantiles y otros modismos antiguos
Hace
un par de días mientras compartía la cena con mi familia en el
medio de la conversación se deslizó, de forma casual e inocente,
un “opa” ......
Ya
no recuerdo que motivó aquella expresión de mi hijo, pero si tengo
muy presente que debí contenerme para no dejar escapar de mis labios
un “opa opa, Fulano quiere sopa y Mengana se
la da con un beso en la boca” (tuve que recurrir a
morderme los labios y rápidamente meterme otro bocado de comida en
la boca para frenar el impulso senil que pretendía ponerme a
canturrear)
Esa
breve y tan simple unión de consonantes y vocales evocó en mi
cascoteado cerebro aquel lejano cantito al cual recurríamos en
nuestra época escolar cuando algún compañero demostraba interés
por una niña y el resto nos dedicábamos a burlarnos, y a tratar de
“dejarlo pegado”
La
maldita frase y su correspondiente tonada me atormentaron durante un
rato, dando vueltas y vueltas en mi cabeza (sin embargo fui fuerte,
me mantuve al firme y no dejé en ningún momento que la frase pasara
de la cabeza a la boca)
Para
tratar de dominarla no me quedó más remedio que analizarla de la
forma más objetiva posible, respetando siempre las posibilidades de
mi limitado cerebro de primate
Lo
primero que me llamó la atención del enunciado es que Fulano
quisiera sopa.
A
quién se le ocurre que un niño pueda querer sopa!, o me van a decir
que la Mafalda de Quino era la excepción de la regla? Jamás nos
gustó la sopa siendo niños !!!
Luego
que Mengana le diera la sopa a Fulano, y además con un beso en la
boca, ya era harina de otro costal ...
No
pude evitar pensar que si Mengana estaba dispuesta a dársela, la muy
guacha debía ser una sádica torturadora! (siempre bajo la premisa
de que a la niña tampoco le debía gustar la sopa).
Sinceramente
no creo que el pobre infeliz de Fulano, derrotado y humillado por
haber tenido que tomar aquel brebaje de manos de su amada, fuera a
recibir en algún momento como compensación un beso en la boca de
Mengana
Llegué
a esa corolario basándome en el hecho de que, por más buen mozo que
fuera Fulano, aún debería tener sabor a sopa en sus labios y eso a
Mengana tenía que producirle asco (probablemente a Mengana también
le desilusionaría el darse cuenta que Fulano era un pollerudo que se
dejaba prepotear y aceptaba la sopa en la boca sin siquiera
patalear!)
Finalmente
arribé a la conclusión de que quien generó el rumor original debía
ser algún frustrado enamorado de Mengana que nunca se atrevió a
declararle su amor, y que a fin de ocultar su desdicha y dolor se
dedicó a burlarse de los demás usando el tan odiado caldo
Iluso
de mí pensé que al dilucidar el tema del “opa opa” mi mente se
despejaría de temas tan triviales y antiguos que ya
demasiada “lata” me estaban dando.
Lamentablemente,
y en contra de mis deseos, el “opa opa” fue sustituído por el “a
la lata, al latero, a la hija del
chocolatero!”
Esa
cadenciosa frase era la única parte de ese juego infantil que yo
había llegado a escuchar en mi niñez, cuando veía a las niñas
saltando e intercambiando piernas adelante y atrás, y nunca me
interesé por saber más al respecto
Como
si no tuviera nada para hacer como para tener que hacerme cargo ahora
de la hija del chocolatero y de unas latas!!
Pero
realmente a quienes hacían referencia estos versos? Se trataba
quizás de un augurio sobre la futura hija del famoso chocolatero
Ricardo Fort? Porqué la vinculaban con el latero y quién era él?
Dónde, cómo y cuándo se conocieron? Tendría buenas intenciones el
latero o solo pretendía ascender social y económicamente al
relacionarse con ella? Y aún quedaba pendiente lo más importante:
que clase de Nostradamus del siglo XIX o XX se dedicaba a realizar
augurios sobre una posible relación de la futura hija de Fort con un
latero?
Eran
tantas las incógnitas derivadas de tan solo el comienzo del cántico
que no quise averiguar el resto de los versos por temor a encontrarme
con otras múltiples predicciones que me llevasen a perder la
cordura.
Desechando
por completo mi interés en las relaciones de la hija del chocolatero
con el latero traté de dedicar mi intelecto a algo más interesante
y productivo, pero lamentablemente para mí, por asociación de
ideas, mi mente “paso del chocolatero ... al chocolate” y
se disparó en mi cabeza una nueva frase: “chocolate por
la noticia, mermelada por la pavada!”
Noooooooo
... porqué!!!!!!!! Que hice yo para merecer esto???
Si
no reaccionaba rápido y dilucidaba el trasfondo de esta nueva frase
la misma quedaria rebotando en mi cabeza, torturándome hasta el
cansancio ...
Sería
que el mismísimo Fort estaba dispuesto a regalar chocolates a quien
le brindara “información fresca” sobre el latero y sus
intenciones?
Yo
soy un apasionado del chocolate y reconozco que de muy buena gana me
podría convertir en un soplón a cambio del preciado derivado del
cacao.
Mi
principal preocupación entonces paso a ser la posibilidad de que si
la noticia no era considerada tal, y la calificaban de “pavada”
... te recompensarían solamente con mermelada! (en ese caso el que
me hubiese dedicado a la búsqueda de información del latero sería
una completa pérdida de tiempo)
Además
de todo esto, por dónde debía comenzar? De dónde podría yo
conseguir información del latero? Qué tipo de información buscaba
el chocolatero que no podía conseguir él mismo o su séquito de
guardaespaldas? Y además de todo lo anterior: y si el anónimo
“Nostradamus” autor de los versos estuviese equivocado y no se
tratara de la hija de Fort?
Decidí,
mientras de postre me comía un delicioso rollito de canela cocinado
por Claudia, que lo más saludable era comprarme mi propia barra de
chocolate y olvidarme de la posible recompensa.
Mientras
degustaba aquel manjar de canela y azúcar
morena, por culpa de sus ingredientes, una tonada diferente comenzó
a sonar cada vez más fuerte en mi mollera: “a la rueda
rueda, de pan y canela ... dame un
vintén que me voy a la escuela ... vino la maestra y me dió un
coscorrón, que viva la pipa del vino carlón”
Este
nuevo enigma se presentaba más desafiante que los anteriores ...
Porqué
los adultos tradicionalmente enseñaban a los niños a girar tomados
de la mano cantando esta sarta de incoherencias?
Lo
de la rueda rueda solo podía hacer referencia a que el juego en sí
consistia en dar vueltas porque “ruedas” de pan y canela
literalmente no hubo, ni hay, ni creo que hayan en algun futuro
cercano ...
Sí
existen los “rollitos de canela” (que justamente yo estaba
degustando) pero no le encontraba relación alguna a los mismos con
el posterior mangazo, y con que luego la educadora en un abuso de sus
funciones te propinara un mamporro que te dejara vitoreando por el
vino carlón
Sería
que en alguna época lejana los niños llevaban un vintén a la
escuela para, durante el recreo, gastarlo en una copita de vino y
luego la maestra por borrachines les daba el coscorrón?
Si
bien las exigencias y métodos pedagógicos han cambiado mucho desde
el posible origen de este “juego infantil” dudo que a los
educandos en algún momento se les fomentara la ingesta de alcohol.
Lo
del coscorrón no cabe la menor duda que antiguamente se empleaba,
así como tampoco cabe duda que hoy en día muchos maestros se quedan
con las ganas de aplicar un correctivo manual de vez en cuando.
Sea
como fuere, no encontré manera de vincular de forma coherente a
estos 4 elementos: los giros tomados de la mano, el pan y canela (o
rollitos de canela), el bofetón de la maestra y la ovación para el
derivado de la fermentación alcohólica de la uva
Sin
problemas podía vincular a un par de ellos, pero no a todos
simultáneamente: los giros podrían estar producidos por el bofetón
de la maestra (al mejor estilo cachetazo de Doña Florinda a Don
Ramón), pero también podrían ser la consecuencia o efectos
secundarios del escabio
Incontables
son las hipótesis que comencé a elaborar para tratar de relacionar
a pares de estos elementos por lo cual, como es habitual cuando son
muchas las posibilidades y cálculos, se me saturó el procesador, me
dejó de subir el agua al tanque, y casi entro en un estado
catatónico.
Para
evitar el estupor decidí rápidamente cambiar la estrategia cortando
de raíz estos pensamientos y dirigiéndome a la ducha para enfriar
el procesador que se había recalentado.
Ya
bajo la ducha la temperatura comenzó a estabilizarse y nuevamente mi
raciocinio volvió a su normalidad (normal = IQ de primate)
El
agua fresca corría por mi cabeza como si me encontrase bajo
un chaparrón y fué allí cuando escuché
una voz infantil que cantaba: “que llueva que llueva la
vieja está en la cueva, los pajaritos cantan la vieja se levanta ...
que sí, que no, que caiga un chaparrón,
con agua y jabón, encima del colchón!!”
A
esta altura yo ya estaba entregado y era conciente de que aquellas
voces infantiles que cantaban dentro de mi cabeza no se irían hasta
que encontrara argumentos válidos para “acallarlas”
Con
el agua cayendo sobre mi mollera, sabiendo que no corría riesgo de
sobrecalentar ninguno de los circuitos, me tomé el “resto del
calefón” para desentrañar el misterio de la persona de avanzada
edad que vivía en condiciones precarias en una zona rocosa.
No
me cabía la menor duda que la anciana no vivía en Uruguay porque si
bien lamentablemente son muchas las personas en situación de calle,
no se me hacía factible la idea de que alguna de ellas pudiera vivir
en una cueva (hasta donde llega mi conocimiento no son demasiadas las
cuevas o grutas en nuestro territorio, y se me antojan menos aún las
que puedan estar “ocupadas” por personas de la tercera edad)
Nuestra
anciana caída en desgracia vivía en una cueva, y aparentemente solo
se levantaba cuando las aves cantaban en dias lluviosos (había
resultado perezosa la doña!).
Deduje
que la cueva no se encontraba en las condiciones higiénicas
deseadas, posiblemente debido al guano de los murciélagos, y entre
las cosas que apestaban se destacaba la catrera de la veterana
Llegué
a esta conclusión porque los niños pedían que al menos al colchón
le cayera un chaparrón con jabón!! (se ve que pedirle a la vieja
que lo ventilara o lavara quedaba fuera de cuestión, y por eso
apelaban a que de milagro le cayera un chaparrón con jabón al
oloroso colchón)
Me
pregunté si la anciana vivíría en la cueva por necesidad o por
elección ....
Pero
quién elige vivir en una cueva? Debía ser inevitablemente por
necesidad ..... a menos que ..... que la vieja fuera una ermitaña!!
Perfectamente la anciana ermitaña podía ser una especie de
hechizera que vivía alejada del resto de los simples mortales ..
Y
si esta anciana nigromante fuera la responsable de las predicciones
sobre la hija del chocolatero Fort y el ambicioso latero ansioso por
ascender socialmente?
Cómo
realizaría sus augurios la vieja adivina? Vería el futuro en sueños
o utilizaría otros métodos e instrumentos para sus presagios?
Poco
a poco todo comenzaba a aclararse y las piezas iban cayendo en su
lugar, completándose así lentamente el complejo puzzle que se me
había presentado ...
Satisfecho
con mis deducciones cerré la ducha y me di cuenta de que el cantito
“que llueva, que llueva ..” iba disminuyendo en
intensidad y ser perdía en lontananza ...
Mientras
me secaba con la toalla me regocijaba pensando: “justo a mí me van
a complicar con misterios ..., si a mi juego me
llamaron !” y fue justo en ese momento cuando comencé a escuchar
aquella vocecita que entonadamente susurraba: “Antón,
Antón, Antón Pirulero .. cada cual, cada cual que atienda su
juego ... y el que no lo atienda, y el que no lo
atienda ...”
Noooooooooo
... dónde cuadraba Antón Pirulero en todo esto?? Esa ficha no me la
esperaba!!!
Porque
mandaba a todo el mundo a atender su juego? Sería una especie de
mafioso que advertía que cada uno debía atender su propio su juego
y que nadie debía meter las narices en sus asuntos?
Peor
aún, sería que tenía que comenzar desde cero con todas mis
conjeturas?
En
eso un grito que llegaba desde lejos se superpuso al susurro de Antón
Pirulero: “Me dejaste agua para ducharme?”
La
voz de Claudia reclamando su turno para bañarse me rescató de mis
delirios y me devolvió momentáneamente la cordura (de a ratos aún
sigo escuchando el susurro:“Antón, Antón, Antón”)
Lo
que sí tengo claro, es que cuando tenga nietos no les voy a enseñar
ninguno de estos juegos ...
Walter
Vitureira
Primate
lúdico
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